jueves, 22 de diciembre de 2016

19 - CONVERSACIÓN ENTRE BASTIDORES, de Ana Belén Martínez

Una noche de Reyes dos hidalgos, de Verona por concretar, hablaban sobre trabajos de amor perdidos sencillos de realizar.
—Como gustéis, viejo amigo, —decía Valentín, uno de ellos— pero yo solo sé que para domar una arpía hace falta mucho más que unos pocos gestos bellos.
—Pues yo apunto — decía el otro, de nombre Proteo— que solo es cuestión, medida por medida, de usar la palabra justa que la dama quiera escuchar y terminado el asunto.
Proseguían su diálogo, estos dos nobles parientes, cuando un tercer personaje a la charla se sumó.
—Perdonad la interrupción, mi nombre es Otelo, residente en Venecia y quiero apuntar al palique que añadir celos al asunto, no es cosa necia. Aunque abrirá la tempestad, es buena forma de ver, si la dama os aprecia.
—¿Habláis vos por experiencia? — preguntó Valentín.
—No, no, yo no. —mintió Otelo— Más bien por la de un primo, un famoso mercader, que por muchos amoríos la carne casi llega a perder.
—Mucho ruido y pocas nueces, es lo que percibo aquí. —apuntó Proteo— El amor no es tal sin arriesgar; un juego sin fin, eterno.
Y como bien está lo que bien acaba, hasta aquí este cuento de invierno.

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