lunes, 30 de enero de 2017

101 - JULIETA DEBE MORIR, de Juan Carlos Martínez

Romeo se despierta al fin, todavía un poco intoxicado. Cuando su padre le comunica que ha pasado veinte años durmiendo profundamente, sólo se acuerda de Julieta. ¿Se habrá quitado la vida por amor? “¡¿Dónde está Julieta?!” ¿Será esa joven que está a su cabecera? Pero la madre le confiesa la verdad: Julieta se olvidó de Romeo y se casó con su pretendiente Paris y esa joven es la hija que tuvo con Rosalía. Capuletos y Montescos son ahora familias amigas y dentro de un mes se celebrará la boda de su hija con el hijo de Julieta. Romeo llora: el mundo se ha trastornado. ¿Será una pesadilla? Quiere volver a dormirse eternamente. Julieta, esa perra infiel. Su nombre le da nauseas, su recuerdo le envenena, su retrato le es odioso y lo destroza. Julieta debe morir.
Al mes se celebra la boda. Romeo, ya restablecido, finge su papel de padre feliz en el banquete, se sienta con Julieta y la vuelve a enamorar. “A media noche en el balcón, amor mío”, le susurra con odio Romeo mientras le vierte un veneno en la copa. Romeo sonríe: el mundo ha vuelto a su sitio. Montescos y Capuletos vuelven a ser enemigos.

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