miércoles, 18 de enero de 2017

48 - SHAKESPEARE VERSUS CERVANTES O ELOGIO DE ADMIRACIÓN MUTUA, de Carmen Ruiz

CERVANTES:
Como hubiera deseado
 haber podido saber
donde se metía el Bardo
de Avon al amanecer.
Así sabría, sin duda,
cuál era la inspiración
del más grande de Inglaterra
autor de tanta tragedia,
comedia, drama o canción.
SHAKESPEARE:
Ya hubiese querido yo
haber parido al Quijote,
el deshacedor de agravios,
el más grande de los hombres,
amante de Dulcinea,
fiel, leal, cabal, tan noble
que hubiera resuelto el doble
de mis famosas tragedias
sin dejarlo todo a medias
ni causar tantos dolores.
CERVANTES:
Bien mirado, gran colega,
 en vuestra obra se ve
que el ser humano adolece
de pasiones más tranquilas:
Otelo, Macbeth, Ricardo;
cuánta duda y desconfianza,
cuántas miserias y chanzas,
que desbarajuste aquello…
Yo hubiera cortado el cuello
a quién hubiera intentado
tocarle tan solo un pelo
a la flor de mi pecado.
SHAKESPEARE:
Siendo manco en Lepanto,
preso en galeras,
recaudador de quebrantos,
he colegido que tantos
azotes le dio la vida,
que fue solo dignidad
lo que inspiró de verdad
su tan querida novela.
CERVANTES:
Gracias os doy yo, señor,
por ser capaz de entender
que la dignidad de ser
se lleva en el corazón;
 compartimos ese don
y morimos a la vez.

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