domingo, 22 de enero de 2017

60 - MANUAL PARA UN SUICIDA, de Luis San José

─¿Existe mayor infortunio que no saber cómo utilizar una silla? Ha de ser un simple instrumento de descanso, o quizás un trampolín para conseguir definitivamente una vida más placentera. ¡Ah, dilema despiadado que te aprovechas de la tibieza de mi espíritu!
─¡Por Dios, qué cara de muerto tiene usted.
─Dormido, no más.
─Pues resulta poco noble hacerse el muerto estando simplemente dormido. ¿Y dígame: tiene sueños?
─Soñar o no soñar, he ahí una nueva incertidumbre inútil. ¡Déjeme! Solo quiero acabar con la afrenta de arrastrar esta silla como un imbécil.
─Quizás ese papel que cuelga… ¿puedo ayudarle?… ¿me permite?…
(Leyendo)
«Enhorabuena por adquirir nuestra silla, especialmente recomendada para usted. (gestos de sentirse observado)
 Instrucciones:
• Asegúrese de tener cargada su voluntad.
• Súbase. (Invitándole a hacerlo)
• Cierre los ojos si siente vértigo.
• Notará los primeros efectos con un encharcamiento de los ojos, un pegote de nostalgia en la garganta y el efecto Doppler en su piel con una desviación paulatina hacia el azul.
• Si advierte síntomas de arrepentimiento, inicie un plan alternativo de escape que nos ha debido solicitar previamente.
• De no ser así, utilice el recurso del pataleo e intente acudir urgentemente al psiquiatra».
 (Oscuro, ruido de silla y grito)

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