miércoles, 31 de enero de 2018

295. NOCTURNO, de Maria Gladys Estevez

Aluviones de pañuelos saludando, gente emocionada, porque no habría más importante ese día, que ver llegar desde tierras lejanas a los seres queridos.
Más, qué disciplinados regresaban, con sus manos muertas y sus bocas desdibujadas, como si alguien hubiera deslizado una paleta en sus labios para borrarlos. Vítores, espirales de cintas de colores, nada era suficiente para celebrar la muerte de todos los que venían. La guerra es un duelo tan grande, que la gente se viene muriendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.